Para nunca colgar el parche
- Ignacio Blanco
- 10 nov 2015
- 2 Min. de lectura

Si alguien no admite que con el grito de ‘Tin roof rusted’ no se enfiestó nunca significa que tenemos un mitómano serial entre manos y que debemos darle la espalda hasta que, mínimo, reproduzca Love Shack cinco veces seguidas.
The B-52’s fue formada en el último tramo de los 70’ y hasta hoy día sigue sin existir otro movimiento que se acerque a lo que estxs locos hacían. Subestimadxs por la historia musical al ser alejados de la consideración de ser una banda leyenda, transformaron al género que se conoce como New Wave agregándole psicodelia, electrónica y experimentación a una especie de pop fiestero.
Su álbum debut (1979) los cataloga como los verdaderos pioneros del estilo. Futurismo espacial podría ser el término ideal para referirse a Planet Claire o Dance This Mess Around mientras que las onomatopeyas locas de Rock Lobster les dio la identidad eterna.
Inspirándose en el nombre de un avión bombardero, el rock playero y la utilización de samples los acompañaron hasta su último disco, 'Funplex' (2008), dando cuenta de su cualidad de atemporales. En plena época del pop extremadamente robotizado a lo Gaga y compañía, The B-52’s ya había sido gerente de sucursal haciendo que la implementación de las necesidades contemporáneas, a sus temas, fuera pan comido. Y es por eso por lo cual este álbum no pierde la esencia gracias a Juliet Of The Spirits, Pump y Love In The Year 3000.
No fue recién hasta 1989, con 'Cosmic Thing', que dieron un batacazo con un disco de puros hits. Fue aquí cuando, por fin, nos regalaron la preciosura de Roam. De igual forma, tanto el siguiente álbum como los tres anteriores, la innovación es ley a la hora de grabar un proyecto nuevo; es que ninguno suena igual al consiguiente aunque la premisa eléctrica y la flasheada sean fieles acompañantes.
Sea con 'Wild Plane't (1980), 'Whammy!' (1983), 'Bouncing Off The Satellites' (1986) o 'Good Stuff' (1992) – y un par de EPs con remixes e inéditos – la partuza y la calidad están aseguradas. Y es que si no te cebaste con Private Idaho no podés llamarte fiestero. ¿Cuchaste?
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