A cielo y sonidos abiertos
- Jéssica Signoretta
- 10 ene 2016
- 2 Min. de lectura

Cada vez es el minuto de preludio de un disco que cuando lo terminas de escuchar balbuceas “estos pibes se fueron a la mierda”.
A un mes del lanzamiento de 'La danza de los principiantes' de Mi amigo Invencible, es inevitable no seguir mencionándolo porque nunca terminas de digerirlo. Como cuando lees un libro que te gusta mucho una y otra vez y siempre le encontras algo nuevo. Exactamente lo mismo.
Y además pasas por todos los estados. El tempo acelerado del pop-punk Edmundo año Cero deviene en corridas y bailecitos con birra en la mano de un ‘hombre caminando’ como el puente más pegadizo que recordarás rapidísimo. Dos cuadras más adelante, cuando suena el tema homónimo del disco, la solidificación de una pseudo balada que luce una armonía a dos voces y un rock de arreglos inquietos, sirve de descripción gráfica de una montaña rusa.
Con pinceladas de sonido ambiente, los mendocinos se ponen romanticonxs e introducen Noche de ciencia ficción, una balada simple que te da el receso necesario para lo que viene después. Porque ahora nos fuimos a un auténtico rock puramente indie con Leningrado, como si los Stone Roses los hubieran elegido como sus sucesores. Pero tampoco hay que acomodarse mucho allí, porque empieza a sonar Puentes rojos y te volviste acordar del pop contemporáneo al que las bandas independientes lograron cambiarle la impronta.
En la punta del Obelisco está Máquina del tiempo. Una introducción en acenso que convierte un beat prolijamente volátil. Es el camino correctamente recorrido, donde las voces armónicas van de la mano con los arreglos, las eléctricas y hasta la percusión. Y además, su abundante letra lo convierte en el candidato ideal de las canciones preferidas.
Nunca un texto reflejará completamente la esencia de un disco cuando en su mayoría genera tanta subjetividad. El resto de los temas que conforman el cuarto disco de una de las bandas independientes del momento que más representan la arista de calidad de la música argentina del momento son como la banda en sí. Todos tienen una impronta inclusiva, diferenciada y marcada, que al unísono en los cuarenta minutos y monedas que dura este nuevo trabajo de Mi Amigo Invencible, conforman un sonido homogéneo y sólido; con todo en su lugar, pero todavía más. 'La danza de los principiantes' es la muestra ideal de los objetivos primordial de la música desde los albores de la humanidad: generar sensaciones, encontrarse unx mismo en un disco, entrar y salir de las situaciones de la vida como si fuera así de fácil. Y a todo eso, también se le suma la construcción de un sonido paradigmático de un indie que viene pisando fuerte en la actualidad, fusionando los demás géneros y moldeando cada vez una mejor calidad.
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