Aprender a volar entre tanta gente de pie
- Jéssica Signoretta
- 10 mar 2017
- 3 Min. de lectura

¿Cuál es el límite cuando estás en la cima, con todos los sonidos del cielo en las manos, encapsulados en tan solo diez canciones?
La tormenta que envuelve Kora Sings, el beat naturalmente afro de melodiosa trascendencia y estabilidad impulsiva, deviene en el estallido de todos los sentimientos encontrados, de la vulnerabilidad enterrada por la fortaleza que Sampha escupe en su disco –pseudo debut, porque en el 2013 dejó de ser la vocecita tierna y corista de Kanye West, Drake y Frank Ocean y lanzó su EP ‘Dual’- denominado ‘Progress’: la literalidad de su –y la- vida.
Los progresivos sonidos linóleos de Plastic 100°C conforman una linealidad enyogizada pero alerta, como la ligera calma antes del huracán. Un arpa decora el beat y lo vuelve apenas volátil; hasta que Blood on me dejó una gran huella en la tierra, llenó el ambiente de sintetizadores y de una rugosidad pop resonante. Con ‘Process’ te vas a subir a la silla aerostática, vas a bajar y volver a subir sin que te des cuenta. El vaivén armónico explícito es la columna vertebral y en Incomplete Kisses, por ejemplo, recorres todos los extremos. Un beat próspero y tímidamente futurista, con una armonía vocal y multiplicada de Sampha que extiende su mayor cualidad: ser un cantante melódico con los matices mejores marcados.
(No one knows me) like the piano no se puede creer, qué queres que te diga. La sutileza expresiva y vocal de Sampha como protagonista de la cadencia de la canción y el piano de la mano, son la pareja per-fec-ta. Lo que se agregue, queda a disposición del/la consumidor/a. Cerrá los ojos, empapate en la lluvia o ardé con el Sol: la canción es el mejor recurso fotográfico del trayecto. Take me inside no lo supera, ¡qué lástima! La balada te habla al oído y te envuelve, con su consonancia incesante pero con detalles instrumentales eminentes y recursos técnicos que encuadran un seco final.
Hay una obscuridad que por momentos asoma la cabeza en ‘Progress’ y crea espacios sonoros venideros y expandibles, como la esencia de Reverse Faults, el beat que adora a Björk y a un apocado Hip Hop soulero. La fantasmagórica introducción de Under, el tema que exhibe, quizás, la significación del disco: la fusión de sonidos creado por extensiones del ser humano que traspasa su existencia y lo teletransporta, reafirmándole que de igual manera, ningún experimento íntegramente tecnológico le producirá de la nada sus mejores sensaciones. Relajás un poco con el poppero Timmy’s prayer un tanto lineal pero perdonable, porque los juegos vocales tuneados de Sampha y los inesperados remates ajetreados te hacen abrir un poco los ojos.
‘Process’ remata con What shouldn’t be y para estas alturas ya estás con los dos ojos más abiertos que un huevo frito y no entendiste nada. Sampha te tira una balada más, pero jamás simple, olvídate. Te recuerda su voz ecléctica y sustancial; la vulnerabilidad del tiempo, el espacio y todos los estrépitos que pueden llegar a rodearte en la cotidianidad. ‘Process’ es como volar. No podemos hacerlo solxs, pero es una ansía constante que todo el tiempo nos motiva a acercarnos un poco más. Que a veces se logra, que a veces tarda un poco más; pero que en el medio de la adversidad siempre hay un puñado de sonidos que nos acompañan, y que reflejarán siempre, todo lo que intentemos.
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