Volverse canción en el siglo XXI
- Jéssica Signoretta
- 10 mar 2017
- 2 Min. de lectura

Este año no pudimos ahorrar mucho así que nos fuimos a San Bernardo el fin de semana carnavalero, porque cambiar un poco el aire siempre es necesario. Una de las noches cambiamos playa por patiecito, y terminamos haciendo un fogón para patys y otras yerbas.
Las horas posteriores se nos fue contando qué canciones nos remontaban a distintos lugares que visitamos antes y a momentos inolvidables. El ejercicio siempre funciona, lo sabemos. Ese día decidí también cambiar la estructura y agregué un elemento más: ¿qué pasa con las canciones que nos remontan a las bandas y a lxs artistas que, al tenerlxs tan arraigadxs, forman parte de unx?
¿Qué dijo? Esperá. A las generaciones que están en el medio del Cosquín Rock, de los videos documentales de los festivales de protesta de los setenta cuando León Gieco se lavaba el pelo con shampoo porque no le gustaba tener cabello de escobeta y el Lollapalooza, les hace falta algo que lxs remonten a aquellas bandas que formaron la cultura argentina musical e ideológicamente. Que no tienen arreglos electrónicos, que no sirven solo para hacerte creer que la fiesta continua te saca de la realidad; sino que te invitan a reflexionar desde la prosa y a volar (recuerde a Almendra y verá que no exageramos) con los sonidos más auténticos. Que lxs acerque a ellxs mismxs. Así que después de la explicación, abrí Bandcamp y le di play al disco debut homónimo de Lucas Ortíz/Facu Efes y todxs asintieron con la cabeza.
El aire aquelarreano de Tanto tiempo, la pseudo balada condensada de electroacústicas y un riff golpeador, como el rock purificado con guiños beatle que envuelve a Canon, nos devuelve la génesis de la esencia de un rock ecléctico y significativamente progresivo. Los campos verdes tan claros en Se van, paralelos a la armonía vocal de Lucas y Facundo que detallan la juventud de los tonos medios; y porque la punta del Everest es tan alta como la ductilidad de este disco, Calles verticales es la cumbita que terminó de embelesarte por completo. Tres vidas vas a necesitar no solo para disfrutar por doquier este beat sucesor de lo clásico sino para que Lucas Ortíz y Facu Efes reafirmen su legado. Su primer disco por momentos te detiene en el tiempo, y por momentos te devuelve la fe en esta nueva generación independiente de la que forma parte este dúo de folk que lleva consigo las armonías más versátiles, la poesía desde su expresión coloquial, los instrumentos ejecutados para hacer magia, como si todo lo inventado ya quedó obsoleto y estos dos muchachos son los encargados del renacer más inmaculado de la música de nuestro país.
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