Yo soy la tierra de tus raíces
- Ignacio Blanco
- 10 mar 2017
- 3 Min. de lectura

Pianos epilépticos. Cuerdas de otros tiempos. Una joven recostada sobre un mantel rojo y frutas a su alrededor. No es Frida Kahlo aunque la atmósfera me lo sugiera. Comienza a cantar en español cuando esperaba a una francesa. Creo. Una producción audiovisual con una delicadeza exquisita. Fina pero fiera. Caníbal es el híbrido más bello que escuché en estos tiempos. Suena como algo que no es de acá, pero que nos pertenece. Hay una conexión terrenal que me dice que esto suena más cerca de lo que pienso. Y a mí no me van a decir cómo es mi tierra. Creo haberla escuchado lo suficiente como para decir que iLe es la nueva promesa latinoamericana.
Ileana Cabra es puertorriqueña, efectivamente; y aunque su debut solista haya comenzado en Junio del año pasado, hace tiempo que la venimos escuchando. Porque los hermanos sean unidos – y esa es la ley primera – un tal René le había propuesto cantar en un demo que estaba preparando junto a su otro hermano Eduardo. Fueron aproximadamente 10 años en los que Ileana realizaba los coros de Calle 13. Tanto, desde pequeña, fue el labrado que era ‘iLevitable’ que su primer disco gane el Grammy como “mejor álbum latino de rock, urbano o alternativo”.
Quién eres tú comienza el disco y los sonidos misteriosos que produce la intro van en perfecta sintonía con el título de la canción. Un bolero donde los vientos reivindican lo clásico del caribe. Lo que hipnotiza de entrada no es sólo esa nostalgia folklórica de la música vieja de la región, sino que la interpretación que Ileana le da a sus temas terminan siendo tan desgarradores que rozan lo teatral. Así es como Triángulo realiza un homenaje implícito a las cuerdas de Chavela Vargas y a arreglos vocales típicos de España. La tragedia está bien madurita y las influencias dramáticas de mujeres como Lila Downs o Mercedes Sosa hacen que pongamos hasta las manos sobre la hornalla.
Siguiendo la idea de reavivar el fuego latino que caracteriza nuestras tierras – en todo sentido – aparece Te Quiero con Bugalú: una especie de salsa – mambo bien cachonda. La percusión marca el movimiento; los vientos, la temperatura; e iLe nos hace sudar con semejante seducción. Esta piba sabe de matices y te lleva por donde se le cante, literal.
Si Woody Allen estrenara una película situada en el Caribe, sin duda Maldito Sea el Amor y Rescátame estarían en la banda sonora. El jazz afrolatino llora su presencia. Como una especie de Lana del Rey hispanoamericana, Ileana esboza una voz de otro tiempo. Algo así como si estuviésemos escuchando un CD, titulado ‘Latinoamérica canta Jazz Vol.1’, que compramos en alguna disquería de Avenida Corrientes.
Qué mal que estoy y Extraña de Querer son las amiguitas que van de la mano. Con otra dinámica y una onda más contemporánea, el ambiente se vuelve mucho más frágil. Sonidos delicados hacen que el amor suene como algo aniñado e ingenuo. Como un cuentito o un arrullo, la cantante te susurra al oído y logra llevarte de paseo por donde tu mente lo necesite.
No sucede siempre que un artista nuevo lance una colaboración con una leyenda. Dolor la canta junto a Cheo Feliciano. Escrita por su abuela en 1955 y grabada en el 2012, no hace falta que pasen los años para que el tema se convierta en un clásico de Ileana - recordándome álbumes como el de Omara Portuondo junto a Chucho o de Ibrahim Ferrer.
Es dólar corriente que aparezcan jóvenes con ímpetu de llegar hacia lo más norteño del continente. Y sin juzgar aquellas elecciones, a veces parece que se pierde un poco la identidad debido a la espalda que le damos a los cimientos del continente. En Argentina, por ejemplo, sufrimos un trastorno de personalidad cuando buscamos en nuestra sangre al folklor. Por ahí debemos sumergirnos en las profundidades del under para recordar que somos criollas, bandoneón y algún que otro rallador. Hubo un quiebre donde todas nuestras figuras latinoamericanas morenas comenzaron a teñirse ellxs mismxs – y a sus canciones – de rubio para comenzar a sacar discos en inglés y con sobredosis de sintetizadores poperos. Me enerva cuando escucho la frase ‘la juventud está perdida’. Primero, no es así. Y si así lo fuera, debríamos pensar como país, como continente, qué fue lo que nos dejaron. Pero para la tranquilidad de esa gente existe ‘iLevitable’, reivindicando los sonidos de oro de Centroamérica. Teniendo fe en aquellas melodías para mantenerlas vivas, siempre. El primer álbum de iLe irradia femineidad. Y utiliza todos sus atributos para seducirte y que nunca más le mandes stop. Un disco donde las mujeres pueden sentirse identificadas y los hombres podemos sentirnos acobijados (excluyente). Pero donde todxs recordamos porqué amar y acobijarnos en la tierra, que nos vio nacer, es todo lo que está bien en este mundo.
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