De funky a punchi punchi

Llegamos corriendo a escuchar lo nuevo de Jamiroquai después de siete años. Nos vamos corriendo después de escuchar lo nuevo de Jamiroquai porque nos aturdió. La vida te da y te quita. Ni con White Knuckle Ride nos atrevimos a tanto.

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‘Automaton’ es una publicidad. Shake it on vende un sonido enérgicamente contemporáneo, esencial y con una vara muy alta, pero una vez que conociste el producto, después del homónimo corte de difusión, te diste cuenta que el disco tiene más humo que canciones.

Mientras que Cloud 9 mantiene el hilo conductor de la originalidad de Jay Kay durante estos años, es solo un granito de arena. Superfresh es un abanico de sintetizadores futuristas que pierden una armonía que de casualidad no aburre porque un vago groove salva las papas del fuego. Un poppero Something about you se camufla entre beats servidos completamente para Djs como Nights out in the jungle y Vitamin, y Summer Girl llegó para ser el emblema del funky actual.

Todavía no sabemos si We can do it es una canción. En su defecto puede servir como ejercicio de vocalización, si es que funciona al menos la frase a la hora de ejecutar las escalas. Y mientras baila en la cornisa entre el Jay Kay convencional y el pendeviejo, con un ecléctico y prolijo sonido, Hot Property se encargó de terminar de correr los muebles, colocar a ‘Automaton’ en su lugar y clickear repetición en la playlist.

Una baladita casi al final en Dr Buzz como para que te calmes un ratito y estamos, ¿no? Hace años que Jamiroquai llegó a su punto de inflexión. Que envuelve al pasado en plástico fino y lo escabulle en canciones heterogéneas, creando no solo des-géneros, sino submundos. Sin embargo ‘Automaton’ está tanteando un territorio más cerca de las banderas electrónicas y uniéndose a la masa, como si no escasearan este tipo de estilos. Salimos corriendo porque quizás no queremos entrar en la misma. La pelota no se mancha y la impronta tampoco: innovar no significa distorsionar. Es ‘Automaton’ un disco diferente, sí, pero al mismo tiempo un desvío de la precisión de una originalidad inmaculada de vientos, eléctricas y bajos enloquecidos que no deberían quedarse en el estuche. Ojo que igual te lo vas a bailar todo.