Let at the children boogie
- yokomonos
- 10 abr 2017
- 3 Min. de lectura
Las etapas de la vida pasan tan rápido que, muchas veces, perdés el hilo de en cuál te encontrás. Sin embargo, cuando empezás a ver que tus amigxs se ponen de novixs y no salen los fines de semana o los bebés empiezan a llegar, ahí bajás a la Tierra enseguida. Hasta el momento en que traés un retoño al mundo o te cayó un/a sobrinx, tu interacción con lxs más chiquitxs no se vuelve cotidiano.
Y no por hacernos los influencers progres le vamos a regalar, a nuestrxs chiquillxs, un disco de la ex emo Amy Lee, devenida en una sede de Panam, ni de Thalía actual o en tiempos de Anastasia. En un mundo paralelo a la industria de Violeta o ‘Soy Luna’, que intenta que lxs pibxs conozcan las grandes canciones del rock latinoamericano a través de reversiones, existen otros artistas que se tiran a la adaptación de sus sonidos a una catalogación apta para todo público. El año pasado, bailamos lúdicamente con ‘Churo!’, de Mariana Baraj; con once canciones donde la raíz de nuestro país se enmarca en mensajes de enseñanza, con la estética del Norte Argentino y las composiciones de la propia Mariana que abarca el aprendizaje de animales autóctonos, tradiciones argentinas y mujeres emblemas del mundo. Pero si nos paramos en el presente, Tonolec acaba de lanzar ‘Mitai’, un disco lleno de cantos nativos infantiles. De la mano de su fiel amigo el nvique, el dúo no abandona, ni por un segundo, su impronta originaria – de sonidos y dialécticos – hasta para repensar a la Manuelita que vivía en Pehuajó.
Puede que la globalización nos haya acercado más, logrando conocer otros mundos diferentes con un solo click. Esta idea de aldea global se acentúa cuando el arte responde de la misma manera. Dicen que la educación empieza por casa y sigue en la escuela. Que no nos engañen, la cultura y el arte, por extensión, también influyen a la hora codificar mensajes y, en la música, sonidos. Estxs artistas se encargan de acercarles a las nuevas generaciones la génesis cultural de su identidad. De la raíz del país donde nacieron, donde colocan sus piecitos todos los días. El acercamiento de géneros autóctonos como el Folcklore, el Tango, las menciones a las tradiciones argentinas, la flora y fauna autóctona y todo el aprendizaje que desde María Elena Walsh se fue comercialmente distorsionando, hoy en día desde la música vuelven para afianzar que toda nuestra propia construcción cultural forma parte de nosotrxs mismxs y nos forma como personas.
Respetar y valorar la propia cultura, es la base primordial para que el/la niñx se relacione con el resto de culturas del mundo con la que toda su vida se interrelacionará. La música, como componente primordial pero no único, lxs invita a conocer, comprender y compartir; y en contenidos audiovisuales como 'Backyardigans', encuentran la palanca que lxs lleva a descubrir ritmos y géneros autóctonos de diferentes países como como las rancheras mexicanas, el tango argento, el reggae de Marley, el funk, la salsa, la polca, el rock de garage, el flamenco, la tarantela y hasta la cumbia. Así, cada episodio embarca a los antropomorfos protagonistas en aventuras musicales de diferentes estilos, y donde la educación va más allá del saber decir 'Por favor' y 'Gracias': conocer en cada capítulo una nueva concepción musical.
Sin pecar de ser sucesores legítimos de 'Ser Padres Hoy', acarreamos su atención recordando que la sonoridad está ligada al humano no sólo desde su gestación, desde las palabras y los ruidos que se escuchan desde el vientre materno; sino desde la propia concepción del humano en su proceso de evolución, que utilizaba la música como herramienta para festejos, rituales, la construcción de historias y hasta darle explicación a los fenómenos que los superaban como especie. Lxs niñxs serán el futuro que no solo innovará las técnicas musicales, sino que mantendrá viva la identidad misma de un pueblo, de un país, de una cultura, de ellxs mismxs. Como Memória Viva Guaraní junto a niñxs guaraníes de pueblos actuales en ‘Nande Reko Arandu’.
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