La Naturaleza también cabe en una canción
- Jéssica Signoretta
- 10 may 2017
- 1 Min. de lectura

La única descripción que Dandara tiene es Escuchar, Bailar, Disfrutar. Puede que no necesite mucho más porque desde el momento en el que ponemos play, cualquier contexto desaparece, pero el viaje de ida no es uno solo.
Este año lanzaron ‘Alpha’ y apenas comienzan a sonar las quenas de Mira la Luna, un abanico de culturas del mundo hace su aparición, como si el paso del tiempo no influyera en absoluto en la historia. Y como también –por ejemplo- mientras suena Dhaivaran y todo Medio Oriente parece unido, como si las guerras solo fueran inventos de un cuento y los velos de colores danzan alrededor de un beat electrónico y ecléctico. Minutos después no existe demostración de amor, admiración y ejecución cultural del aquí y ahora de nuestros Pueblos Originarios que Pokhara Love, el beat conjunción de sonidos autóctonos edificado armónicamente contemporáneo.
Los mismos discos de Dandara son un lugar en el mundo. Dicen que nuestras raíces tienen un poco de todos lados y que también la construimos. Dandara lo hace explícito. El proyecto tiene una base armónica electrónica y bailable, pero con escasa tecnología: todo lo aportan los instrumentos de cada pueblo, y los sonidos del Planeta que quedan encapsulados en minutos y monedas; como si la intervención del hombre no quisiera sobrepasar a la Naturaleza y para hacer la mejor fiesta del años solo le alcance un cielo llenísimo de estrellas –en lugar de luces led- y todos los sonidos naturales y culturales auténticos para bailar sin parar toda la noche.
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