Lo que para vos es batidora, para nosotrxs es semilla
- Ignacio Blanco
- 10 may 2017
- 2 Min. de lectura

Cuando la sociedad repudia un muro norteño pero cae en la xenofobia cotidiana, estigmatizando a lxs nuevxs inmigrantes, muestra los síntomas de su hipocresía construida andá saber en dónde. Amantes del tango, del candombe y de la canción rioplatense, ¿de dónde piensan que vino su género? La música que traspasaba los conventillos fue producto de lxs no esperadxs. Sin embargo, el tiempo la sentenció como identidad indiscutible de lxs sonidos argentinos. No es tan difícil descubrir que la mezcolanza contemporánea sólo puede significar la nutrición de una identidad. Tal vez, mucho más cercana a la que nos ligamos en la actualidad. Para eso y más, existe Ana Sol & La Candela.
La oda a lo transcultural, por parte de Ana Sol Torroxia, no se reduce sólo a sus influencias sonideras. Más bien su cantar es el resultado de una vida de choques explícitos y es por eso por lo cual que la premisa es más sincera que nunca en el proyecto. Ana Creció en Venezuela debido al batifondo militar en Argentina. En su vuelta a la tierra de sus padres, se convirtió en percusionista. Su currículum con Todos tus muertos, Karamelo Santo, Elvis Crespo, Fermín Muguruza, Fuerza Bruta – y podríamos seguir – la alimentó de experiencia para liderar el colectivo La Candela.
Con todo ese bagaje e interés de raíces, ‘Justiciera’ (2017) habla en idioma enteramente latinoamericano. Contemporáneo y clásico. El reggae humea en Esperanza, con un estilo urbano típico del emergente indie. Con la misma idea de interpretación, Kumbia Subliminal digitaliza el género con una base típica y pequeños agregados de cada una de sus variantes. El Universo se Manifiesta combina las percusiones y cantos originarios con una plataforma hip-hopera en una denuncia social. La raíz pura se arraiga en sus interludios. Al disco lo pinta el ska, las vibraciones afro-americanas y la electrónica como herramienta potenciadora del folklore sureño.
Ana Sol & La Candela es propuesta hija de la aceptación y la diversidad. Su lenguaje musical expresa los abrazos entre países hermanos. Pues demuestra, no sólo la bella consecuencia de la unión sino de qué estamos hechos lxs latinoamericanxs.
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