top of page

Facu Efes/Lucas Ortíz

  • Jéssica Signoretta
  • 10 may 2017
  • 6 Min. de lectura

Toda la vida tiene música hoy

El Arte despierta conciencias y por eso el sistema siempre lo consideró un arma. Pero mirarlo como sociedad siempre desde esta arista, nos quita la oportunidad no solo de disfrutarlo nosotrxs mismxs, sino de sentirlo parte. En la amalgama de colores que la globalización expulsa efímeramente todo el tiempo, el disco de Lucas Ortíz/Facu Efes pregona una base tan sólida a través de sus canciones, de todas las emociones que nos atraviesan, que es imposible que queden sueltos en el éter; y como el Arte, se vuelven epidérmicos.

El primer disco fue una necesidad nuestra de hacer canciones, cuenta Facu. Con muchos amigos e instrumentos, más de lo que nosotros ni planeábamos hacer, remató Lucas. Fue realmente una cosa de Lucas cuando dijo ‘yo tengo canciones, y tengo ganas de tocar’, y de repente teníamos en Bandcamp tres canciones que habíamos grabado y habían funcionado y dijimos ‘ok hagamos más canciones, esto nos hace sentir bien’. Y empezamos con tres canciones, después pusimos otras dos que teníamos y todo fue sobre la marcha. Fue lindo e intenso; lo intenso también fue el tema de que al hacer las cosas con tantas ansias, con más ganas de hacer que de entender, tal vez no se ven los errores, ¿no? Porque cuando vos estás haciendo una pintura, primero haces el boceto con lápiz y es más difícil que te confundas en el dibujo. Nosotros al tener tantas ganas de ya estar haciendo, como en la pintura ya creada, hubo muchas cosas que no salieron como esperábamos; pero siempre fue desde el corazón. Del baterista, las guitarras, que son todxs amigxs y les copó grabar con nosotros y poner lo mejor de cada unx. Y eso se ve reflejado en el disco,¡y terminó volviéndose un disco tan lindo!

No existe escuela que nos enseñe a vivir nos cantó Serú hace unos años, pero sí que nos una, nos complemente y nos atraviese como seres humanos más que como futurxs cuidadanxs, y Lucas y Facu son el ejemplo más auténtico. Nosotros nos conocemos de la escuela, el Rogelio Irurtia, cuenta Lucas. Y siempre tuvimos banditas desde la escuela. Y de hecho, Lucas y yo no íbamos al mismo curso, detalla Facu. Nos conocimos en el recreo tocando canciones de Los Redondos, de Charly. Cuando le dije a Facu, ¿Facu vamos a hacer música?-chusmea Lucas- estaba en mi laburo con la radio prendida y estaba sonando Chano, e inmediatamente pensé ¡éste payaso no tiene corazón, es un tipo con una maquinita nada más! Y yo venía de una escuela privada en provincia, y no tocaba la guitarra, nada, y en el Rogelio descubro que puedo tocar la guitarra, aprendiendo y mirando en los recreos, y después de ahí fui creciendo y entendiendo cuántos mensajes podía transmitir desde la música y cuánto me involucraba y me cambiaba como persona.

Hace poco leí una nota que decía “El rock nacional ya no existe” ¿me están jodiendo? Yo conozco mucha gente que hace música increíble, es rock nacional y es actual, cuenta Facu. Solo que es under. Es que el lugar de pertenencia en la vida, lo terminamos construyendo nosotrxs. El ir y el venir nos deja el mapa un poco más ordenado, pero el camino es el propio logro y el objetivo, el regalo de felicitaciones. Nosotros esperábamos con ansias los festivales que organizaba el Centro de Estudiantes, para poder tocar, recuerda Lucas. Fuimos aprendiendo: tocar con nervios pero disfrutando, no tenerle más miedo al público. Caminante no hay camino, se hace camino al andar, ¿no? y cada vez que vas andando y tropezando vas aprendiendo; y si vas aprendiendo, vas sacando las mejores cosas. Creo que ahora es muy fácil frustrarse, reflexiona Facu. Al haber tanto contenido, es un poco más complicado. Pero si vos trabajas y te esforzas, podes hacer lo que quieras. Lo que la Naturaleza te impone no, yo no puedo ser bailarina clásica por ejemplo, ni podría dedicarme a jugar al básquet porque mido un metro setenta pero, cualquier otra cosa que la Naturaleza no me lo prohíba, podría llegar a hacerlo, y lo mismo cualquier persona en el mundo. Es muy fácil decir un día ‘che me quedo en mi casa’ en vez de ir a tocar en un lugar donde hay dos personas, pero lograr lo que se quiere no va a salir de ahí en absoluto. Hoy en día abrimos ventanas y ventanas en internet. Abrimos y cerramos todo el tiempo y eso se hace más duro para nosotros como artistas mostrar algo, sabiendo que lo van a cerrar en cinco segundos. Es la contracara de una diferencia generacional con tanta comunicación supuestamente y con tanto acceso a internet, pero no significa que no lleguemos todavía más allá.

Siempre rescatamos lo que disfrutamos tanto nosotros como el público con lo que hacemos, dice Lucas. El otro día cuando tocamos el fin de semana, nos sentimos con un nivel de expresión tan puro y a veces estás tan nervioso antes de una presentación que te olvidas de lo linda que es la música para tocar, pero estás haciendo Arte y eso movió más de lo que creemos. Es la chispa, esa Fuerza Natural. El under es un circuito que tiene esa sensibilidad. De decir las cosas, es muy propio.

El ámbito es solo contexto. Lucas y Facu reivindican el sonido de aquel rock nacional que desde los sesenta luchaba por una identidad cultural que transcienda, y no que solo quede como nuevas opciones musicales. Cada vez que Luis Alberto mencionaba al Sol en sus canciones, iba más adentro de los oídos, con el mensaje que rompa las barreras y nos permita salir; como Lucas y Facu con disco homónimo, que quebró una popularidad de estilos superficiales y hondaron más allá del arreglo que pueda sonar varias semanas en la Radio. Todas las artes llegan a la profundidad de la persona, pero la música tiene más facilidad. Casi no existe persona a la que no le guste la música. Quizás si existen personas que no lean Poesía, que no disfruten de un cuadro, pero la música es malditamente universal entonces algo te tiene que gustar. Y algo hay que encontrar siempre, que te emocione. Y yo a lo que aspiro es, ¿viste cuando estás leyendo un libro o preparando un discurso y todo se vuelve monótono y estás leyendo solo palabras? Bueno, que eso no me pase. Siempre entender lo que estoy diciendo, lo que estoy planteando y por qué estoy ahí y por qué elijo estar ahí, explica Facu. Eso me parece primordial. Y si a la gente le gusta lo que hago, muero de amor. Y además todo lo comercial no tiene que ser malo. Mientras la persona que esté frente de su instrumento y/o de su micrófono esté sintiendo, y el mensaje es sincero, no importa si gana millones o no. Si el mensaje es sincero se nota. Lxs artistas que se venden son lxs que dejan de cantar lo que creen y solo cantan lo que lxs otrxs quieren escuchar.

El ‘Aquí y Ahora’ que Walter Benjamín pregonó en sus escritos nunca estuvo mejor solidificado que en las concepciones que Lucas y Facu llevan en las guitarras cada vez que tocan. El disco es la representación de la sensación más allá del entretenimiento. Lucas cuenta que están en el lugar de crecer y aprender. Modificarse siempre es parte del crecimiento y qué bueno si eso pasa. La esencia es ir mutando de manera circular. Dejar correr, fluir. Estamos armando las canciones ya para empezar a grabar el próximo disco –agrega Facu-, y hay algo que me pasa ahora, que quiero que me pase siempre: las últimas canciones que estoy componiendo me parecen las mejores canciones de todas. ¡Hoy terminé de hacer una canción nueva, y siento que es la mejor canción que hice en mi vida! Es que los temas se van con vos mismo –sostiene Lucas- viene el otro tema y también se va con vos; y mientras aprendes de otros temas sabes qué es lo que queres y lo que no, pero siempre fiel a vos mismo y en la situación en la que te encontras, que en parte también es la que vos creas. Y no hay sensación más gratificante que mientras luchamos por lo que queremos, así nos cueste muchas veces, tenemos expresiones artísticas como este dúo, que nos acompañan, nos demuestran y nos recuerdan que la vida es tan versátil como nosotrxs queremos que sea.


Comentários


bottom of page