Un día en la vida con John
- Jéssica Signoretta
- 10 may 2017
- 3 Min. de lectura

Ningún avance tecnológico nos permitió hasta ahora, traducir todas aquellas ideas, pensamientos y sentimientos que muchas veces no podemos explicar con palabras, cayendo en un vasto vacío más profundo que la Caverna de Platón. Sin embargo la hora y cuarto que dura ‘Pure Comedy’ de Father John Misty, puede ser la solución ideal a estos momentos de escasa claridad. El ejercicio es fácil. Solo necesita unos auriculares –los graves constantes de Father merecen ser escuchados muy de cerca-, un lugar cómodo y a usted mismx.
El piano del tema homónimo es el eje de ese ‘te extraño’ que tenemos que guardar porque no podemos o todavía no nos animamos a decir, o porque a quien va dirigido no está en el éter. La balada no peca de llorisqueo, sino de una armonía de percusiones reflexivas. Punto y aparte. No a todxs nos funciona anotar las cosas que nos quedan por hacer. Más que nada cuando la mayoría del logro depende de nosotrxs; y el viajecito corto de cuatro minutos de Total Entertaiment Forever nos coloca en tiempo, espacio y granitos de voluntad por un ratito.
Things it would have been helpful to know before the Revolution es la hija no reconocida de A day in the life, de los Beatles, que divaga en tempos medios, puentes tecnológicos y sumo movedizos. Un poco más allá, cuando no sabemos si el camino que estamos transitando es el nuestro, cuando creemos que quizás el recorrido se está haciendo bastante largo y solo queremos cerrar los ojos, y que sentadxs en el auto el viento y el sol nos pegue en la cara, y en el final tenemos la seguridad de que llegaremos; Birdie nos acompaña hasta en el segundo más interminable del viaje.
El folk que agrupa todos los recuerdos que dan vuelta en la cotidianidad de tu mente, aparecen protagónicos, todos apretados como las hojas secas del Otoño alrededor del árbol en el tuneado A Bigger Paper Bag homenajeando al sonido setentoso del rock. Y ya sabemos que no se piensa en el verano cuando cae la nieve, pero al final y con el paso del tiempo, sobran los momentos en los que nos damos cuenta que todas aquellas cosas que creíamos no poder superar y/o sobrellevar, desaparecieron, mutaron y sí se resolvieron; y como para no olvidarnos de que el desenlace muchas veces es así, le subimos el volumen a In twenty years or so para que cuando las criollas y el piano se fusionen hasta ser un solo sonido armónicamente unilateral y luego vuelva a cambiar y suba y baje como el humor, o mute como algunos pensamientos, suspiremos profundo.
Adáptese a la nueva propuesta. O mejor, vuelva a una antigua propuesta. Claro que dejamos de lado todas las letras de Misty, sepamos el idioma o no. Desde los albores de la humanidad, cuando lxs humanxs en las cavernas no emitían palabra pero sí comenzaban a entablar sonidos con los elementos que lo rodeaban, acarreando melodías y también comunicándose, no necesitaban ni vocales ni consonantes. La vorágine de la globalización que nos obliga a vivir conectadxs, nos recuerda a cada segundo nuestra capacidad de uso de las palabras y muchas veces el sobre uso termina no comunicando. Y muchas veces también, por querer hacer un análisis académico de una canción, terminamos olvidando que la música envuelve toda nuestra íntegra vida sin la letra.
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