top of page

Paula Neder

  • Jéssica Signoretta
  • 10 jul 2017
  • 4 Min. de lectura

Arbolito de consagración

El verde del pasto tornasola su tonalidad según esté expuesto al sol o al manzanero situado en diagonal. No hace tantas horas que paró de llover y la gota retenida en la punta de la hoja acaba de caer a la tierra; sin rumbo fijo pero con miles de caminos para elegir con la tranquilidad de que al fin y al cabo, terminará resurgiendo y colaborando en nuevas vidas.

A lo largo de la historia argentina el folcklore siguió el mismo camino circular. Conformó y mantiene las raíces del país y hoy en día sigue dándole vida a la cultura de la mano de nuevas generaciones de artistas como Paula Neder, que desde Mendoza dignifica el género y lo lleva por el mundo como el árbol que expande sus raíces para que la gota tenga más caminos para tomar. Hace unas semanas viajamos con Seba Garay a España –cuenta Paula- invitadxs por la Casa de Mendoza en Barcelona a la conmemoración del Bicentenario del Cruce de Los Andes y eso abrió un abanico de fechas en Barcelona. Tocar nuestras canciones en este lugar -es la segunda vez que venimos- ya sea para gente nueva o para lxs que nos conocen del viaje anterior es un placer. Y lo más importante de los viajes es que vuelvo a los lugares a donde quedaron amigos, y Barcelona es uno de ellos. Es que viajar me oxigena la mente, el alma y el corazón. Cada gira, cada experiencia de intercambio, ya sea dentro del país como afuera es una oportunidad hermosa para seguir aprendiendo. Siguiendo lo que dijo Yupanqui, somos paisaje que anda. Al salir de Mendoza, en el contraste con otras culturas y otros paisajes, se pone de manifiesto el paisaje interno, y es muy fuerte.

Cantautora e intérprete, Paula lleva a cuestas dos discos, ‘Caleidoscopio’ (2014) e ‘IILLA (2016) donde enmarca la nueva canción folclórica fusionada con pinceladas pop y rock pero con la esencia más pura de una chacarera, de los instrumentos autóctonos y de los cantos arraigados de la Naturaleza; como si jugara para el mismo equipo de Liliana Herrero pero con un método excepcional. Las grabaciones tanto de "Caleidoscopio" como de "ILLA" fueron juego, desafío y aprendizaje puro, muy intensos ambos procesos –recuerda-. Marcaron momentos muy puntuales, esta frase tan dicha de que un disco es una "fotografía" de un momento, hoy siento que es tal cual. Veo el disco, lo escucho y recuerdo cada cosa que pasaba adentro mío y alrededor. Ambos fueron hechos en contextos bien distintos, de hecho, ‘Caleidoscopio’ se hizo entero en Mendoza e ‘ILLA’ en Buenos Aires. Lo que los une es el compromiso, la pasión, la creatividad de cada una de las personas que participó en cada parte del proceso. Y los procesos de composición son muy diversos también. Lo que se repite es la imagen de algo que me queda grabado en la retina. Puede ser una frase, algo que veo o siento, imagino. Ese es el puntapié inicial. Siento muchísima gratitud por la recepción que han tenido ambos, y el camino es seguir regando las canciones y que lleguen a todxs los que tengan que llegar.

Veo ebullición por todos lados y me encanta, es esperanzador -comenta-. Se me aparece la imagen de un cauce de agua: si obstruís el cauce, el agua sigue corriendo y busca nuevos lugares por donde seguir y se abre nuevos caminos. La música, la creatividad, el arte no se detienen, y buscan nuevos cursos donde correr.

Paula es una artista autogestionada, propulsada en el circuito independiente que afianzó su auge y objetivó mucho más profundo; la llegada insondable de la obra artística y el énfasis de la democratización de composiciones musicales que corta cualquier tipo de brecha y que amalgama la cultura nacional. La escena musical mendocina en general es mansa –expresa Paula- creo que resume lo que veo y siento. Es una locura lo que está pasando. Hay muchxs mendocinxs haciendo cosas increíbles, me da mucha alegría. Voy a nombrar sólo algunxs de los que estoy escuchando discos nuevos o adelantos como Usted Señálemelo, Mi amigo invencible, Mariana Paraway, Fernanda Aleman, Lacerna, Tito, Seba Garay, María Eugenia Fernández... ¡Son muchxs más! Es que hay cambios en algunos aspectos del folcklore. Tienen que ver con el contexto que rodea la música folclórica, en particular, pero es un cambio general. La innovación tecnológica nos atraviesa a todxs, desde el que hace música, el/la espectador/a, el/la que programa festivales, radios, tv, hasta lxs encargadxs de la difusión del género.

La vaina, la piedra, el mar que pasó/ lagunas de arena, el viento y la voz enumera en De sal y de luz en ‘Caleidoscopio’ (2014) como si sacara a la luz pedacitos de su autenticidad, aquella que demuestra en la ductilidad y la fortaleza del sonido de su voz, de sus criollas y de sus canciones dedicadas a la vida. A la vida que ella le sigue aportando al folclore, y la lo expande, para que el cancionero nacional se condecore cada días más y como la gota que cae de la hoja, recorra muchos caminos y los llene de vida. Me gusta buscar que la música sea transparente –expresa- Que las palabras y melodías reflejen una mirada sobre los lugares, el paisaje, la gente, las sensaciones que atravieso. Mi objetivo es que sigan cobrando vida las canciones, en quien la escucha y en mí. Que tengan un sentido para ambos, que casi siempre es distinto. Y estoy segura que la música cura, salva, calma, drena, limpia, mueve.


Comments


bottom of page