El magnetismo que hemos construido

Cuando salió El Tesoro con su groove oriental y sintetizadores armónicamente heterogéneos, el combo que hizo que nos explote la cabeza estaba cargadísimo. Cinco años sin tener un trabajo de larga duración de El Mató A Un Policía Motorizado, la evolución del sonido ya no únicamente indie por su carácter de autogestión sino por los afianzados cimientos del nuevo rock nacional que ya expandió todo el terreno y el mensaje coherente de una banda que trasciende todas las variables.

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Adrenalínica, sólida y lineal, Ahora imagino cosas prosigue ‘La Síntesis O’Konor’ como una prima lejana de quizás, El día del huracán, restituyendo ese rock alternativo hijo del post punk. Lo manso de La noche eterna deviene en el eclecticismo de un disco más coyunturalmente electrónico pero con una autenticidad intacta; tal como lo demuestra El mundo extraño.

Las eléctricas distorsionadas, la batería consistente y los agudos de Santiago Motorizado parecen vislumbrar una canción 3D en Las luces, pregonando el alto nivel de cuota experimental que suma al ruedo a Excálibur, llena de fulgentes colores sonoros y la repetición de ¿por qué tuviste que decirme esto? por si nos olvidamos todas las veces en la vida que también lo preguntamos. Las pinceladas pop nunca se abandonan, y entrelazadas en el instrumental homónimo del disco, le aportan el detalle fino a Destrucción, el punto de inflexión del avance ultra sonoro de El Mató: desde acá, para arriba.

La sensibilidad de Santiago Motorizado expresada en un coloquialismo existencial es la esencia infaltable de una de las improntas más amadas de El Mató. ‘La Síntesis O’Konor’ no es un eslabón más que demuestra una calidad palpable y cada vez más significativa de la banda, sino la construcción de una resonancia que desde el comienzo siempre tuvo un mismo objetivo y un mismo rumbo; que sigue manteniéndose y que muta, incursiona y maniobra para afianzar una vanguardia que culturalmente engloba, y para nada distorsiona.