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Cada cuerpo es un mundo

  • Ignacio Blanco
  • 10 ago 2017
  • 1 Min. de lectura

El 65% de nuestro cuerpo está compuesto de agua. Manejando casi los mismos números, el 70% de la superficie de la Tierra, también. Elemento natural. Influencia indispensable de la vida. Purificadora. Diversa, tranquila y furiosa. Con la misma dinámica, y pregonando su conservación física y espiitual, Luvi Torres le dedica un disco entero.

‘Ser el agua’ (2014) es el álbum debut de esta mina que imita la propiedad líquida de amoldarse a cualquier vibración en la que incursiona en las 14 canciones. Argentina es de los países con más biomas y climas; Luvi Torres los pinta en su completitud por medio de sonidos autóctonos. Cantos ancestrales iniciados en Como llegar al mar, que parecería trasladarnos al inicio de absolutamente todo.

No hace falta llegar a la poética concreta de No pidas nada para dar cuenta de que la celebración es forma de curación y agradecimiento. Si, el disco de Luvi Torres no incursiona en simples géneros tradicionales. Existe una mística en el ambiente de ‘Ser el agua’: una razón de ser más profunda que la sonoridad misma. Música de sanación. Música de redescubrimiento, interno y colectivo.


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