El changüí de Calvin Harris
- Jéssica Signoretta
- 10 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Qué caricaturesca termina siendo la impunidad del ser humano cuando se considera autoridad –casi- única de crítica de lo que le tiene que producir o no una canción, un disco, un estilo, al resto de lxs mortales.
El argumento infundado en comparaciones termina volviendo ilógico el análisis, porque claro, si comparamos a Maluma con Rubén Rada, por más que ambos a su manera terminen haciendo que el público mueva los pies, la calidad de ejecución sonora se vuelve abismal. ¿Cuál será entonces el fin último de la música? ¿Acaso tendrá ésta un solo fin? Si su fidelidad más genuina está en acompañar a la especie en la totalidad de vida, ¿qué tan cerca del infierno están lxs artistas que solo agrupan ruidos y sonidos para pasar el rato y qué tan cerca del cielo están quienes crean las armonías más sublimes de la historia?
El flamante disco de Calvin Harris, ‘Funk Wav Bounces Vol. 1’ es la unidad básica de una agrupación de artistas de renombre que va desde el hip hop, el funk, el pop, el rap y el r&B –como Migos, Katy Perri, Frank Ocean, Ariana Grande, John Legend y Snoop Dog, para que te des una idea- y culminan en diez beats eclécticos, ultra veraniegos y totalmente multiusos. Y claro que la base electrónica y el show de sintetizadores y arreglos computarizados siguen igual de firmes, pero la fusión con géneros musicales fidedignos conforman un sonido heterogéneo y valedero. No es que creamos firmemente que la gran cuota de participación de Pharrell Williams tenga muchísimo que ver en esta conjunción eficaz; pero aunque el disco sea quizás, principalmente óptimo para fiestas playeras y/o divagues mentales, no deja de ser una pieza sonidera fértil y extraordinaria.
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