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Hogar, terrenal hogar

  • Ignacio Blanco
  • 10 ago 2017
  • 2 Min. de lectura

Todo suena a tu hogar si tus pies acarrean lo cultivado del camino. Y es un poco de eso lo que deambula por los ambientes de ‘Nómade’ (2017). El ser humano no se ha asentado hasta que conoció la agricultura. Mientras tanto, ¿no ha tenido un lugar al que llamar casa?

Kaleema experimenta sobre sonidos originarios apoyados en la digitalización. Por eso, el nvique de Ánima, junto a Chancha Vía Circuito, no sólo introduce la pureza del viaje que tendrá el disco debut de la artista argentina, sino también la traducción de sus experiencias en materia musical.

Seguidito, el universo místico de Ritual es la reserva ecológica más orgánica que puedas encontrar. En constante contacto con la madera, la caña y la tierra, propone una travesía repleta de intervenciones que sólo fluyen en pos del movimiento. Cuerpo presente. Espíritu de búsqueda. Imperdonable no escuchar Copal, con la calidez de la colombiana Lido Pimienta; y el rap de Sara Hebe en La pregunta del millón.

Retorno de Saturno distorsiona las influencias andinas para generar una comunicación directa con <algo> relativo al cosmos. Un magnetismo desértico que hila cada uno de sus momentos como para no perder el matiz. Sin embargo, no todo paraíso se encuentra en las extensiones Latinoamericanas. Las bases africanas relucen su fuerza espasmódica junto a las vibraciones hindúes que aparecen en temas como Mineral.

Si dejamos que el viento nos guíe, un poco más, hacia el Este, llegamos a Nómada, que resguarda melodías ligadas a la cultura milenaria oriental. Y de su mano, la elevación del espíritu se logra con Loto: quizá, el tema más ingenuo del repertorio. Delicado y trasparente, invoca tanto el poder de los sentidos que resulta imposible no verse flotando en tempos cargados de aire o agua.

La tierra es dueña de sí misma. Engraciada nos permite a todos los seres vivos recórrela, arraigarnos a ella. No existe pueblo que no haya celebrado su existencia y lozanía. Pero antes de eso, el ser humano la transitó por donde quiso. ¿Buscando? Puede ser. ¿Encontrando? ‘Nomada’ de Kaleema suena a cada uno de nosotros aunque, de seguro, fueron sus vivencias la que la llevaron al hallazgo de este estilo de purificación. Pero, ¿quién puede refutar que, en los tiempos de nómades, nuestra raza no haya pisado cada confín del planeta? Acarreando consigo los encuentros, los aprendizajes y la tradición, sólo podemos inferir que el hogar es y siempre será uno mismo.


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