ARTE ARTE BRIONES
- Jéssica Signoretta
- 10 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Un libro que narra una historia cómic de Luciano Vecchio encapsulada entre frases, letras de canciones y fotografías de Nahuel Briones hacen de la edición física de ‘Guerrera Soldado’ una obra de arte englobada. Pero de esas obras a las que ves el corazón artesanal completo y que llega al tuyo antes de que te des cuenta. Y sí, ya de por sí por cualidad de expresión artística el reciente disco de Nahuel es una obra, pero su composición es tan compleja, que acapara varios artes al mismo tiempo. Uf, pará. ¿Ya quedó claro que el disco tiene una calidad artística inconmensurable, no?
La naturaleza bi de ‘Guerrera Soldado’ está expresada en dos grupos de canciones que representan conceptos musicales diferentes. Pero lejos está de aportar a las grietas; el perfecto diálogo armónico de los beats es la descripción gráfica de la luz y oscuridad que nuestra especie conlleva en su interior y que mutando entre tonos grises se vive –siempre, sábelo- muchísimo mejor. Y en el ámbito que quieras. Tenés una canción que habla de cada cosa que te pasó y te pasa, desde el amor, desde lo que querés ser –acá también nos sumamos al pedido y coreamos Sailor Moon a los gritos, sé lo que quieras menos policía- hasta lo que queres hacer. No es debatible el detalle de que te vas a encontrar enterx o a pedazos en este disco. Para la elaboración de cada canción Nahuel armó un equipo específico de músicxs para que lo acompañen, por tanto cada canción tiene una formación diferente. Así, la lejanía de los beats íntegramente electrónicos y las ejecutadas acústicamente son sublimes submundos de confort a elección, con superficies sonoras heterogéneas y volátiles. En una realidad paralela, mientras pasemos días en la vida navegando en la negación, siempre tendremos ‘Guerra Soldado’ para tocar tierra firme y no abandonar nunca ninguna de nuestras batallas.
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