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No solo se hace vida con el sol

  • Jéssica Signoretta
  • 10 nov 2017
  • 2 Min. de lectura

La gloria que el/la caminante siente cuando hizo su camino al andar es casi el momento más épico de la existencia. Momento en el que convive el pasado armado y re armado y desemboca en el futuro convertido en presente pero con las huellas sequísimas en la tierra para que perdure años; así como desembocó la gloria de Raly Barrionuevo en su reciente disco ‘La niña de los andamios’.

Siempre fue escaso el argumento para decir que Raly es la nueva generación del folcklore, porque al mismo tiempo que continuaba enraizando las cadencias yupanqueanas –tal como suena Huella de los labriegos- globalizaba las chacareras integrándolas con pinceladas rock, y convirtiéndolas completamente contemporáneas como mantiene en Hijo de ayer. Y cinco años después de su último trabajo de estudio (‘Rodar’, 2012), Raly no solo afianza y colecciona lo aprehendido, sino que lo sigue re-relaborando. ‘La niña de los andamios’ es un habitáculo regional y amalgamado de zambas, chacareras y huayanos envueltos en un folk rock poético y a su vez rústico, con Lisandro Aristimuño en la canción homónima que toca el cielo con las manos y los acordes; la festiva Amiga tierra querida junto a Peteco y Demi Carabajal donde los pies descalzos no dejarán de levantar polvareda y la eléctrica Agua de los tiempos junto a Ernesto Guevara, para des-generar los cinco sentidos.

Las huellas de Raly nunca fueron únicamente musicales. Su simbiosis con la actualidad traspasa su maleabilidad con el folcklore y los traspasa a sus letras, hoy en día un tanto más reflexivas y metafóricas. Así en Tu memoria, tu mañana hace explícita referencia a la contaminación minera y la deforestación, y el disco culmina como la descripción gráfica del agradecimiento a la Madre Tierra, al encuentro con los saberes campesinos y al nivel de injusticia social que no cesa. La brecha de la vida es lo que Raly Barrionuevo desprendió con ‘La niña de los andamios’. El transitar del crecimiento personal no marca un antes y un después en el humano, sino que lo fusiona para continuar floreciendo con todas sus fuerzas, así como floreció él, reivindicando el folcklore del país y regalándoselo al camino, para que acompañe a cualquiera.


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