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Carolina Díaz Gallardo

  • Jéssica Signoretta
  • 10 nov 2017
  • 9 Min. de lectura

Si la canción llega hasta aquí voy a limitarme a vivir

Una vez leí que el oído vence al odio. Al instante me pareció un resumen extravagante pero después empecé a dudar. La herramienta, en este caso el órgano corporal, no asegura nada, porque si funciona podes estar usándolo mal, o no saber cómo usarlo, y si no funciona podes adaptarlo a vastos funcionamientos. El secreto es escuchar, y minutos después cambié la frase a Escuchar como respuesta a todo (y una remera que diga, también). Y qué subestimado está el ejercicio, que ni siquiera solemos escucharnos a nosotrxs mismxs, entonces de ahí parten todas las falencias con lxs otrxs.

No únicamente en el plano comunicacional, porque escuchar no es una extensión de la naturaleza del humano sino su mismísima esencia. El mundo que expende la Radio a partir de que el colorado AIRE empieza a encandilar enmarca la mayor expansión de la escucha. De un lado el esfuerzo de los sonidos y silencios que ruegan ser escuchados, y del otro lado el esfuerzo por escuchar; exactamente el mismo feedback con la música.

Una foto de Lennon entre vinilos colgados en la pared del aula de música engloba junto a tonos verdes a una gigantografia que cita ‘Teopalooza’. Afuera hay mucho sol y aún sin una ventana directa, parece que entró también al aula, y todo se siente como un amanecer. La primera vez que vi a Carolina Díaz Gallardo, la protagonista de estos caracteres, fue haciendo un programa de radio, en la misma aula, con sus alumnxs y su amiga, porque el escuchar también se enseña y se comparte. Hoy esperaba una mesa con ella, Renzo, Jorge y Walter, y adiviná si lxs cuatro ya no tienen un doctorado en la materia.

Que ellxs disfruten del momento en el que están con la música haciéndola o cantándola, o bailándola o trabajándola, es el objetivo cumplido. Yo soy una herramienta. El músicoterapeuta es una herramienta. No soy yo la que hace esto, yo soy el canal entre la música y ellxs. Y tenes que aprender a escuchar y generar cuál es el momento adecuado, y también pescar eso que ellxs sacan todo el tiempo. Lo pescas, lo tomas y lo mostras. Se lo mostras a otrx que sabe que hay otra realidad con la música –cuenta Carolina- y así se agranda el círculo. Círculo que tiene un propio festival desde el 2015, el Teopalooza, que la edición de este año se está por hacer en unas semanas y cada vez tiene más intensidad. A partir del primer Teopalooza pudimos ver como la música nos equiparó –recuerda Caro-. Nos puso a todxs en el mismo lugar. Ellxs contaban ‘¡uy, en mi casa escuchábamos esto!’ y respondíamos ‘¡nosotrxs también!’ Y todo arrancó con Alejandra, la coordinadora, que pasa un día por acá y Walter estaba cantando, ¿qué tema era? “En el hospicio”, de Pastoral, un tema de mi época, cuenta Walter. ¡Cierto, Walter! Y Alejandra dice, ‘ese tema me encanta’ y se pone a cantar con él y yo dije ¡acá pasa algo! Entonces el primer Teopalooza puede ser hasta un apoyo para ellxs, porque además fue en el escenario de La Gran Buenos Aires, frente a todxs, lleno de gente, ¡hay que bancársela! ¡A mí me costó!, expresó Renzo. A mí me costó la primera vez, continúa Jorge, porque eran un montón de cosas juntas que en mi vida había hecho. Tenemos un profesor de Teatro con el que actuamos pero igual no hacíamos tantas cosas. La diferencia -explica Caro- es que no eran tan protagonistas. En las obras de Teatro hay muchas personas y se van acompañando, acá eran ellxs solitxs, con las luces.

Y Walter llegó a TEO para salvarme la vida a mí. Canta temas de Vox Dei, ¡los que vos quieras! Es que yo de chico escuchaba mucho rock –cuenta Walter- Empecé con Manal, viste, Javi Martínez, después descubrí a Spinetta, un poco de Charly y ya era más grande. Pero cuando empecé a escuchar Manal, le saqué la voz. Y yo lo imitaba como cantaba. Yo siempre tuve la voz ronca, pero me quedó la voz de él al final. Como Walter y los chicos tienen hermanos más grandes –agrega Caro- entonces conocen música que el resto no conoce. La mayoría, lxs que no tienen hermanxs más grandes, los papas y las mamás son muy grandes, entonces más allá de lo que ven en la tele ahora o lo que está de moda ahora, no conocen. ¡Yo conozco Divididos, Fito Páez, Charly García, Cerati. Se escucha en mi casa y lo bajan por internet!, vocifera Jorge, al instante. ¡Y Gilda también!, agregó Renzo.

Carolina sigue recordando. La experiencia del Teopalooza no solo fue un antes y un después en lxs alumnxs, sino también en todo el staff de la escuela: el vínculo entre ellxs se afianzó igual de fuerte que el de lxs chicxs con la música, y escuchar a lxs otrxs para poder seguir. Lo bueno del Teopalooza es que nos divertimos todos. Más allá de los nervios, los profes también, ¿Mariano te animas a cantar una canción con Pablo? ¡Sí! Dijo. Y cantó él, con Pablo y con Melisa una de Calamaro. Todxs cantaron en el escenario, ya sea unx y una banda, unx con unx como Walter con Alejandra. Jorge cantó ‘Una luna en la laguna’ de Piñón, yo toqué la guitarra; para lxs chiquititxs hicimos una canción, porque después somos todxs mayores. Y están aprendiendo a pasarse canciones entre lxs compañerxs y están conociendo mucho más. ¿Sabés cuántos años tengo yo? –interrumpe Walter- ¡52! ¿Y cómo es que se mantiene re bien? ¡Y, es la música! –aseguró Caro-

Para este próximo Teopalooza, estamos haciendo ensambles acá. El primero fue para ver qué pasaba con ellxs en el escenario –continúa contando Caro-. Y como lo pasaron bomba todxs, en el segundo Teopalooza los profesores y las profesoras ya no participamos, pero sí participaron otras instituciones. Entonces hicimos nuestros números y en el medio otras instituciones mostraron lo que habían traído. En este tercer Teopalooza vamos a mostrar todo lo que hicimos durante el año, todo lo que vamos a hacer para la Peña , una murga que armamos, uruguaya, con una letra que hicieron ellos. De manga de vagos se llama la murga. Con la música de Cha Cha Muchacha de Rada; un candombe con letra que ellxs le pusieron, y por supuesto viene con trajes y actuación. ¡Sí, los trajes son de color turquesa y magenta! –adelanta Renzo-. Y en los ensambles algunos tocan percusión y otrxs cantan, voy a traer un teclado para que Walter haga algo. Otrxs tocan la armónica o la flauta melódica. Lo más difícil que sería la guitarra, por ahí, todavía la estoy tocando yo; ellxs están aprendiendo a escucharse, a ver cuando entran, a ver cuando toco yo, ahora no toco pero presto atención porque después entro en el estribillo… ese trabajo todavía estamos haciéndolo; entonces un par de ensambles vamos a mostrar en el Teopalooza, y un par de canciones que van a tocar ellos.

Con el Teopalooza hubo una repercusión re buena de parte de la familia. El hermano de Walter por ejemplo no se hubiera imaginado nunca que él se animaba a cantar una canción solo con el micrófono- explica Caro-. Y yo le dije a la mamá de Renzo ‘vos tenés un artista en tu casa’. Y eso es lo que hacemos, tratar de que saquen lo que saben hacer de verdad. Y los demás talleres la verdad nos bancan un montón en los ensayos. Esto es un centro de Día y cada taller tiene su horario y su grupo, pero de repente llega el momento de ensayar, y hacemos todos los cambios. Y en general son los talleres de Producción, de Artesanías, Cestería, Cerámica y Reciclado de los que van y vienen. Y ellxs colaboran atrás del escenario, por supuesto. Disfrazan, sacan, ponen. Armamos programas, de cada tema quiénes cantan, a quién hay que llamar, qué llevan puesto y toda la organización detrás de bambalinas. Hay un cambio muy grande y cada vez se nota más. Ellxs colaboran mucho. Lxs que tienen hermanxs más grandes saben de qué se trata pero lxs que no, se quedan con lo que suena en la televisión y en la radio de ahora. Tenemos hasta un ensamble de Boleros y cantamos por ejemplo, ‘lágrimas negras’. Es que la música te llega y te hace olvidar de los momentos que vos tengas o estás pasando-cuenta Jorge-. A mí me gusta la cumbia de antes por ejemplo, y la escucho y me hace bien en los momentos de preocupación o que estoy mal. Está para que puedas olvidar y al otro día llegues bien y no te quedes cargado como una máquina. Y te hace mover el esqueleto. ¡La música es buena! –agrega Renzo- y hace bien a la cabeza, es lo que nos gusta a todxs. La música limpia. La música para mi es todo, concluye Walter. Es un cable a tierra. Te despejas, estas más tranquilo. No pensas que pasa o está pasando afuera, en el laburo. Estás escuchando música solo, encerrado sin que nadie te moleste, te pones auriculares y escuchas y te olvidas de todo lo malo. Te relajas. La música te centra. Te cambia. Te limpia. Te relaja. Y para mí, desde mi profesión sana –explica Caro-. Sana completamente y está comprobado. Una vez Jorge vino muy mal, muy enojado. Y un compañero tenía un mp3 con música de los 80. ‘Vamos a poner esto’ dije. ¡Y no sabés la transformación con solo escuchar algo que te lleva a un lugar, a una imagen! Y cantaron y bailaron y se acordaron. La música es para todxs. Carolina sigue recordando… ‘Todas las hojas son del viento’ de Spinetta se la aprendieron enseguida. ¡Mirá si no hace falta abrir cabezas!. ‘Tu amigo fiel’, el tema de Toy Story. ¿Qué más cantamos? ‘Luna Cautiva’, la versión de Raly Barrionuevo. ‘Dos Gardenias’, ‘Lágrimas negras’. Acá me cargan porque intento sacarlxs un poco de lo único que traen para que conozcan otras cosas y hay gente que me ayuda mucho. Porque es el/la otrx, es el par quien trae. El otro día descubrimos un tema de Drexler que era re lindo y lo sacaron porque era de la publicidad de una sopa… Hay que ponerle nombre a las cosas: es un tema de Drexler, no de la sopa. Y así con cada género, con cada estilo, con cada canción. A mí me gusta todo, porque de cada cosa sacas lo mejor.

Carolina Díaz Gallardo también es la baterista de Cante Pri, una banda de rock para chicxs, que está intentando ingresar en las escuelas todo el tiempo. Llevan el concierto de rock a colegios, tocan en los parques, tocaron una vez en MiniCentro. El proyecto es llevarle el rock a lxs chicxs –agrega-. Una propuesta de diez, quince temas, de reversiones de María Elena Walsh. Un recital interactivo, actuado en el medio, pero es un recital de rock, es llevarles a ellxs un recital de rock. Teníamos una pelota gigante que la tirábamos y la pasaban, pero ahora no la llevamos más porque lxs chicos quedaban con un nivel de altitud que a las maestras no les gustaba nada, así que la pelota quedó desterrada de los recitales pero no por eso le dejó de faltar rock, claro.

Muchas veces llegué a pensar que la brecha de las distintas realidades que coexisten cotidianamente era enorme, hasta que indagué en las posibles soluciones para acortarlas. Este texto se perfila redundante, pero será que estamos tan lejos de aprehender a escuchar, que quizás por repetición se termina volviendo epidérmico. El aporte de Carolina en las personas a través de la música es aprender a volar entre tanta gente de pie, o mejor, es dejar de estar tanto tiempo de pie y volar más, pero individualmente sino tomando de la mano a quienes tenemos al lado y llevarlxs a volar con nosotrxs, de la forma más universal, libre y auténtica de todas. Siempre hay atenta y siempre estoy atenta. Atenta a lo que traen y no solo quedarse con lo que traen sino desde ahí transformarlo, para que transforme al/la otrx. Por eso la música es importante, porque la música hace que el/la otro exista, desde unx hace que el/la otrx exista, y así sucesivamente y es un todo. Y todo el mundo escucha música, y es fácil de codificar. Yo me comunico mucho mejor con ellxs a través de la música, porque es un lenguaje que va al costado de todas las características que tenes como persona. Ellxs tienen un diagnóstico solamente, porque pueden hacer un montón de cosas que nosotrxs no podemos. Por ejemplo, yo no podría ser Dj jamás, como son Walter y Jorge; soy baterista, mi instrumento no se enchufa. La música va en un canal al costadito y a todxs nos toca y nos afecta. Hay algunxs que no pueden expresar con lenguaje pero yo sí sé qué le gusta escuchar y disfrutar y estar tranquilxs y desde ahí terminando expresando cosas hermosas, concluye Caro. La ecuación es simple pero al mismo tiempo conlleva tanto de cada unx de nosotrxs que no le estamos sacando el mayor de los provechos: Escuchar, estar atentx y disfrutar de todo lo que sale.


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